La investigación, publicada en la revista Cell, tuvo una duración de 9 años y contó con el apoyo del Baylor College of Medicine (Estados Unidos) y la Universidad de Copenhague (Dinamarca).
Según los encargados del recinto, esta medida fue implementada para mitigar el estrés que los koalas pueden experimentar debido al contacto humano y centrarse en su bienestar.
Al parecer, este par de ejemplares quiso disfrutar del recorrido que suelen realizar miles de turistas a bordo de botes, así como apreciar el amanecer tranquilo y rodeado de naturaleza.