La desaparición de Sarah Everard, de 33 años, mientras volvía caminando a su casa la noche del 3 de marzo, ha provocado una gran ola de dolor y consternación en Gran Bretaña por el fracaso de la policía y la sociedad en general para abordar la violencia contra las mujeres.
En la capital húngara, los organizadores de la manifestación exhortaron a los dueños de restaurantes a abrir sus establecimientos a partir del lunes, algo violaría las medidas vigentes, las cuales sólo permiten servicios de entrega a domicilio.