López-Gatell detalló que quien se sume al ensayo clínico, además de contar con acceso a la dosis mexicana, estará bajo observación médica durante un año, para realizar evaluaciones generales además de las propias del estudio.
Desde que la píldora anticonceptiva para las mujeres fue aprobada en la década de 1960, los investigadores han estado interesados en el desarrollo de su equivalente masculino.