Giulio Ciccone escribió su nombre en la historia de la Clásica de San Sebastián con una victoria calculada y contundente. El italiano atacó en el punto justo, resistió los embates de sus rivales y cruzó primero la meta del Boulevard para alzar los brazos por primera vez en esta clásica española.
El pelotón se enfrentó a 211.4 kilómetros de recorrido con varias subidas clave. Jaizkibel, Erlaitz y especialmente Murgil-Tontorra pusieron a prueba la resistencia de los corredores. Ahí fue donde Ciccone y el mexicano Isaac del Toro se lanzaron en un mano a mano que encendió la carrera.
Del Toro, en gran forma tras ganar la Vuelta a Austria, estuvo al frente durante un tramo importante. La dupla logró escaparse con ventaja considerable, mostrando coordinación y fuerza. Sin embargo, el italiano fue más resistente en los metros decisivos.
Jan Christen protagonizó la persecución más seria, aunque sin éxito ante el empuje de Ciccone. Van Gils completó el podio tras imponerse en el esprint del segundo grupo.
El mexicano finalizó quinto y volvió a dejar claro que su progresión es constante. Aunque no pudo imitar la gesta de Alcalá en 1992, Isaac confirmó que es una figura en ascenso dentro del ciclismo internacional.