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Publicado en ECO

El lanzamiento de este cohete da un paso adelante hacia la limpieza de la basura espacial

Jueves, 22 Febrero 2024 00:01 Escrito por 
Existen más de 9 mil satélites orbitando la Tierra Existen más de 9 mil satélites orbitando la Tierra

Para Chris Blackerby, director de operaciones de la startup de servicios orbitales Astroscale, pasar largos momentos pensando en la basura, especialmente en la basura espacial o desechos cósmicos, no es para nada una pérdida de tiempo.

Y es que lo hace por una buena razón: actualmente, existen más de 9 mil satélites orbitando la Tierra y se estima que en 2024 habrá alrededor de 60 mil. Si bien la órbita de nuestro planeta es enorme, ya alberga un sinfín de desechos, los cuales pueden interferir con una economía espacial de 300 mil millones de dólares que proporciona comunicaciones, e información meteorológica y de posicionamiento global al mundo que se encuentra debajo.

Por si fuera poco, se ha dado a conocer que Starlink, de Elon Musk, planea lanzar, al menos, otros 4 mil objetos al espacio exterior; mientras que Shanghai Spacecom Satelitte recientemente comenzó la instalación de una construcción de 12 mil unidades propias.

Afortunadamente, Blackerby no piensa quedarse de brazos cruzados ante este escenario y el pasado domingo 18 de febrero lanzó con éxito su satélite ADRAS-J, una primera prueba de su tecnología para limpiar uno de sus viejos cohetes.

En el transcurso de los próximos días, dicho cuerpo tomará rumbo hacia un viejo cohete de etapa superior abandonado en 2009. Este pedazo de basura espacial tiene un tamaño similar al de un remolque de camión y mientras siga en órbita existe el riesgo de chocar con otros satélites activos o romperse accidentalmente y convertirse en un riesgo mayor.

Para cumplir su misión, el ADRAS-J trae consigo una serie de cámaras digitales e infrarrojas, lidiar y otros sensores que empleará al momento de evaluar la etapa del cohete abandonado: tomará medidas y determinará qué tan rápido gira. Luego, Astroscale utilizara esos datos para planear una segunda misión, esta vez con una nave espacial equipada de brazos robóticos, los cuales empujarán los escombros en dirección a la atmósfera de la Tierra, donde se quemarán sin contaminar los alrededores. De conseguirlo, esta sería la primera vez que una compañía lo haga.

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