Recientemente, un equipo de científicos de la Universidad Memorial de Newfoundland (Canadá) planteó que podría existir una relación entre la composición de la microbiota intestinal y los niveles de ansiedad y agresividad en perros.
En un artículo publicado por la revista Scientific Reports, los autores explicaron que para comprender mejor la influencia de las bacterias intestinales en la conducta animal integraron conocimientos de psicología, biología, microbiología y análisis informático.
Durante el estudio, el equipo recopiló información sobre ejemplares que vivían en hogares de la ciudad de St. John´s. Las y los dueños completaron un cuestionario de salud y hábitos de sus mascotas. También se usó un instrumento que permite evaluar el comportamiento canino.
Tras aplicar estrictos criterios, de los 494 cuestionarios originales, sólo 72 perros entraron en el análisis final, los cuales fueron divididos en dos grupos (alta y baja ansiedad o agresión) y se igualaron características como edad, raza, dieta y consumo de probióticos.
Los resultados, obtenidos luego de analizar muestras fecales en un sistema que preserva el ADN, arrojaron que el género bacteriano Blautia está asociado con animales de mayor ansiedad; mientras que aquellos más ansiosos mostraron una mayor proporción de Blautia a comparación de otras familias bacterianas como Oscillospiraceae y Negativicutes.
Pese a lo anterior, los cientícos reconocieron límites importantes, pues aún no se puede afirmar que cambiar la microbiota cause mejoras en el comportamiento, ya que se trató de una investigación observacional. Además, factores como estilos de vida, dieta o percepciones individuales también pueden influir en los resultados.