Cada año los habitantes del municipio de Jilotepec se caracterizan de ‘Los Xhitas’, un atuendo colorido acompañado de un "Greñero" formado por al menos 50 rabos de res, unos cuernos de toro, un acocote, que hacen sonar como un instrumento de viento, y un chicote que retumban en el suelo.
Esta tradición, que data desde hace más de 150 años, inicia 40 días antes del miércoles de Ceniza y termina el martes del Carnaval Xhita, por lo que las cuadrillas recorren la comunidad danzando y luciendo sus enormes cabelleras.
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Es una danza ancestral, considerada también de origen otomí, que se ofrenda a los dioses para pedir una buena cosecha y rendir culto a la madre tierra.
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Los otomíes se colocan un penacho llamado "Xhirgero o Greñero" imitando al toro; mientras que los danzantes silban su cuerno para alejar al rayo en las lluvias.
Entre 1529 y 1589, tras la conquista y durante la evangelización, Jilotepec quedó dividido en cuatro barrios: Nenguetay, Deni, Xhixhata y Xhisda, estos dos últimos reconocidos por el Carnaval Xhita.