“Camino por fe, por amor a ella (la Virgen de Guadalupe) y a la familia. Ella, mi Morenita, me da fuerzas para caminar y llegar a verla, me ha hecho el milagro de tener trabajo”, son palabras de Humberto Becerril, un guadalupano de 78 años de edad, quien pese al rengueo, la edad, los calambres y el cansancio que refleja en la mirada, se unió a la edición 82 de la Peregrinación al Tepeyac organizada por la Arquidiócesis de Toluca.
Llegó para acampar en la Plaza de los Mártires, para sentir el corazón vibrar con la misa del arzobispo Chavolla Ramos, para alentar a los más jóvenes a no desfallecer en el camino de 70 kilómetros que tendrán que enfrentar entre el lunes y el miércoles.
“Yo me acabó a los jóvenes que ya no creen, les digo que tienen que tener fe y amor, que eso nos permite vivir, andar. Cada que llego a la casa de mi Patrona siento hermosísimo, porque aunque haga frío o calor, aunque esté ya cansado, la imagen de mi Morenita me impulsa a seguir adelante”.
Humberto participa desde 1994 en la Peregrinación y su voz tiembla al recordar lo que ha significado para su fe atravesar la capital mexiquense,
La Marquesa y la Ciudad de México andando. Pernoctar en medio de miles de personas.
Los nervios no permitieron que muchos durmieran en el primer cuadro de la Ciudad, por lo que la actividad comenzó poco antes de las 5:00 de la mañana en la Plaza de los Mártires.
Las familias se alistaron para lo que sería un largo camino, pero primero, atendieron la santa misa pues es un paso necesario para tener un buen camino.
Así, a las 6:00 en punto escucharon al arzobispo, quien bendijo su camino, ayudó a dejar los miedos y el cansancio para después y emprender con sonrisa su jornada.
“Asiste a tus servidores que emprenden esta piadosa peregrinación y dirige tú camino según tu voluntad que de día los cubra tu sombra protectora y de noche los alumbre la luz de tu gracia, para que acompañados por ti puedan llegar felizmente a lugar de su destino”, dijo Francisco Javier Chavolla Ramos.
Sin importar la edad, el grupo socioeconómico o las ocupaciones del día a día, los fieles católicos hicieron de lado eso para poner de frente a quien ellos califican como su guía y protectora.
La tradición marca que a lo largo del camino se integran otras delegaciones de las parroquias que existen en el paso de Toluca hacia Ocoyoacac, por lo que se prevé que al Cerro del Tepeyac lleguen hasta 80 mil mexiquenses.
Será a las 4:00 de la mañana del miércoles cuando los fieles guadalupanos puedan ver a su Morenita y saber que, pese a las vicisitudes, todo valió la pena.