Elías Rescala, presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) en el Congreso mexiquense, consideró preocupante la posibilidad de que la Iglesia asuma atribuciones de negociación con el crimen organizado, en un afán de contribuir a resolver un problema de la comunidad, cuando es facultad de las autoridades legalmente constituidas la aplicación de la ley.
El además coordinador del grupo parlamentario del Partido Revolucionario Institucional (PRI) admitió que el clero suele conocer, de primera mano, la problemática de las comunidades, de allí la posibilidad de que intervenga en la resolución de conflictos.
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“La iglesia, como autoridad moral, desde su trinchera, está atendiendo un problema grave que existe, del día a día de las comunidades… es la que está cerca y por eso detecta el problema de primera mano”, expuso.
Sin embargo, también consideró que resultaría preocupante un diálogo más cercano de la Iglesia con la delincuencia, cuando las autoridades deben ser quienes ejerzan sus atribuciones en esa materia.
“Me parecería excesivo que tomaran atribuciones de negociación. Creo que es la autoridad legalmente constituida quien debe ponerse firme para estar hegemónicamente en el territorio”, indicó.
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En este entendido, consideró que lo importante en este caso es que las autoridades legalmente constituidas sean las funjan, no como mediadoras, sino que exijan el cumplimiento de la ley en todas sus modalidades.
La apreciación del priista tiene su origen en el sermón pronunciado el 19 de febrero por el arzobispo Maximino Martínez durante la homilía de buen viaje a los peregrinos que partieron de la capital mexiquense a la Basílica de Guadalupe.
Monseñor Martínez reconoció que en el Estado de México el clero replica la estrategia puesta en marcha en Guerrero en busca de erradicar la violencia que afecta a la población, a través del diálogo con el crimen organizado; en el caso de la entidad mexiquense, especialmente con La Familia Michoacana en los municipios del sur.
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“A todos (los miembros del crimen organizado) se les llama, algunos van, otros no. Los que asisten, pues bienvenidos, y los que están en la zona —sobre todo de más violencia—, pues se les hace un llamado a regresar y buscar los caminos para poder construir la paz”, indicó.
Aseguró que la intención de los acercamientos es mejorar la calidad de vida de las personas, aunque aún no se ha llegado a ningún acuerdo. “Lo único que se busca es ser constructor de la paz. Dios quiere que todos se salven y, si andan en el mal, pues que regresen al bien y se integren de nuevo a la comunidad”, agregó.