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Publicado en VALLE DE MÉXICO

PC alertó desde hace tres meses sobre riesgos en el cerro del Chiquihuite

Sábado, 25 Septiembre 2021 00:01 Escrito por 

La familia Olvera desalojó su casa desde el pasado 4 de junio de este año, antes de las inundaciones en el municipio de Tlalnepantla, antes del sismo, e incluso, tres meses antes del desprendimiento de rocas que el 10 de septiembre acabó con la vida de cuatro personas, en la Segunda Sección de la colonia Lázaro Cárdenas.

¿La razón? Una roca ya había caído sobre su vivienda: se desprendió del mismo cerro del Chiquihuite, pero desde otra zona, en la calle Alpino Bulpino de la Primera Sección de la misma colonia. Esto, a un kilómetro de distancia de donde cayeron las rocas que acabaron con la vida de Mariana, Paola, Dylan y Mía. 

El cuerpo rocoso de cuatro toneladas descendió, rodó algunos metros y se estampó con la vivienda. La roca destrozó la pared, la atravesó y cayó sobre la cama donde descansaban tres miembros de la familia Olvera, dos adultos y un niño pequeño; la estructura de la cama se dobló. Y en cuestión de segundos, la habitación y parte de la casa se llenaron de polvo.

Lo primero que pensó Luis, un integrante de la familia, fue que se trataba de una explosión. Los vecinos salieron de sus casas y acudieron a auxiliarlos. Fue cuando se dieron cuenta de lo que en realidad había pasado. El muro de contención a espaldas de la vivienda no impidió que la roca se colara hasta el interior de la casa. 

Después de hacer un Dictamen de Riesgo con fecha del 9 de junio, Protección Civil determinó mediante el oficio CMPM/0645/2021 que “esta vivienda es considerada como RIESGO INMINENTE debido a que está muy cerca del Talud y en cualquier momento pueden seguir cayendo rocas, destruir esta y otras viviendas y poner en peligro a los integrantes de estas familias”.

Aunque la familia Olvera salió de su casa desde hace tres meses, las casas vecinas siguen habitadas. El gobierno no ha realizado algún pronunciamiento público sobre un posible desalojo para las viviendas que se encuentran en esta Primera Sección de la Colonia Lázaro, y que están en “riesgo inminente” al igual que las más de 145 casas notificadas de desalojo de la Segunda Sección.

La noche del viernes, a las 9:30, Luis, su esposa y su hija pequeña se encontraban en la cama de una de las habitaciones, a punto de dormir; su hijo menor estaba sentado en un sillón al frente. De repente, todo se llenó de polvo. El resultado fueron solo daños materiales, “por suerte”, “de milagro”, dice Luis.

En la pared de la casa quedó una gran huella de cemento. Un grupo de polines de madera sostienen el muro ecológico que supuestamente evitaría que una roca como esta golpeara las casas. Junto a este hay montones de piedras; Protección Civil destruyó la roca y apiló las pequeñas rocas resultantes para dar contrapeso al muro.

La pantalla de la televisión familiar quedó inservible; el lavadero fracturado, la estructura de la cama donde descansaba Luis junto a su pequeño hijo quedó destruida.

Cuando se mudaron, los 11 integrantes de la familia pudieron llevarse lo básico: un refri, la estufa y un comedor. Las habitaciones lucen casi vacías, con algunas pertenencias esparcidas, como un eco de la prisa y el temor con el que sus habitantes salieron de inmediato.

(Con información de AD Noticias)

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