La Legislatura mexiquense aprobó en comisiones tipificar como violencia la “simbólica” y “mediática”, prácticas que pueden ser más sutiles y propias del micromachismo.
La propuesta de la morenista Anais Burgos plantea modificar la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia del Estado de México, con el objetivo de dotar a las dependencias estatales competentes de mayores herramientas institucionales y jurídicas para prevenir y atajar actos de violencia simbólica y mediática.
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Durante el análisis de las Comisiones de Procuración y Administración de Justicia con Declaratoria de Alerta de Violencia de Género, los diputados consideraron viable incorporar la violencia simbólica como parte de la tipología de violencia; y asegurar que las autoridades estatales implementen las medidas correspondientes para eliminar los estereotipos de género que puedan ser transmitidos y reproducidos a través de la publicidad gubernamental.
Burgos Hernández confió en que con la aprobación del dictamen en comisiones se da un claro mensaje de que la actual Legislatura está comprometida con las niñas, adolescentes y mujeres del Estado de México.
Indicó que existe preocupación por la violencia que se vive en la entidad, de manera que al señalar en la Ley los tipos de violencia simbólica y mediática, se está dotando de mayores herramientas institucionales y jurídicas para prevenir este problema.
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Explicó que la violencia simbólica se centra en tres mensajes: el desprecio y la burla por lo que es o hace la mujer; el temor o la desconfianza por lo que es y hace la mujer y, la justificación de la subordinación femenina.
La violencia simbólica, prosiguió, "no usa la fuerza, ni la coacción; no se percibe de forma clara, (pero) legitima el poder simbólico.
Cuenta con la complicidad no consciente de quien la recibe, reproduce estereotipos de género y refuerza relaciones de dominio y sumisión”.
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Los pensamientos, mensajes, imágenes y conductas, son los mecanismos que utiliza la violencia simbólica para excluir, mediante la humillación y la discriminación, a quienes no se ajustan a los estereotipos que se reproducen.
Esta conducta, expuso, genera desigualdad de género, pero también fomenta la discriminación hacia grupos indígenas, personas adultas mayores, personas migrantes y grupos de la diversidad sexual. Además, limita el desarrollo de las personas.
Planteó como importante destacar que los medios de comunicación masiva pueden ser un agente que reproduce la violencia simbólica, entre otras circunstancias, porque presenta a las mujeres como objetos, sobrevalorando los estereotipos de belleza imperantes en el contexto.
La iniciativa establece que “el micromachismo es la forma más sutil de la violencia simbólica” presente en la vida cotidiana de miles de mujeres.
Finalmente, Anais Burgos reconoció que un gran número de mujeres que habitan en comunidades alejadas de los centros urbanos, no distinguen los tipos de violencia que están padeciendo y ahí las instituciones competentes tienen un gran reto por delante.
La reforma aún debe pasar al análisis y votación del pleno, dónde, sin embargo, se espera sea ratificada también por unanimidad.