Una de las discusiones que más tiempo tomó zanjar durante el inicio de la pandemia del nuevo coronavirus giró en torno a la utilidad de las mascarillas como medida para evitar contagios de SARS-CoV-2. Ahora, el debate parece haberse trasladado hacia la efectividad de un modelo de mascarilla en particular: las que tienen válvula.
Son varias las mascarillas en el mercado que vienen con una válvula en el centro o al costado (los modelos N95, FPP2 y FPP3 cuentan con ella). Pero independientemente del modelo del que se trate y de qué porcentaje de partículas filtra cada una, ningún cubrebocas con válvula es efectivo en el contexto de una pandemia, advierten los expertos.
Esto se debe a que esta clase de mascarillas protege a quienes las usan, pero no a los demás, dado que filtra las partículas del aire exterior cuando la persona inhala, pero permite el escape de partículas a través de la válvula cuando exhala. Es decir, si la persona que la usa está infectada, puede expulsar gotículas con el virus al exhalar y poner en riesgo al resto de las personas.
Es así que, en junio, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) y portavoz del Ministerio de Sanidad sobre la pandemia en España, Fernando Simón, tildó estos tipos de mascarillas como "egoístas", precisamente por proteger sólo a quienes la llevan puesta: "El problema de la válvula es que el aire que exhala la persona que la lleva lo concentra en un punto concreto. Eso puede hacer que alguien que esté expuesto a ese aire pueda infectarse", explicó.
En opinión de Ben Killingley, especialista en medicina de urgencias y enfermedades infecciosas del Hospital del University College en Londres, Reino Unido, si bien, el uso general de la mascarilla tiene el doble propósito de proteger a ambas partes, "la razón por la que se promueve es para que las gotas que exhala la gente que puede estar infectada y no lo sabe no les lleguen a los demás". Y desde este punto de vista, no tiene ningún sentido que se utilicen mascarillas con válvula en el contexto comunitario: "En realidad, sólo los respiradores, que se ajustan bien a la cara, tienen válvulas, y estos están reservados para los profesionales de la salud. El público ha tenido acceso a ellos, pero la recomendación para la gente es que utilice las mascarillas faciales quirúrgicas básicas, y no este tipo de mascarillas que no brindan ningún beneficio añadido para ellos", enfatiza.
Dado que la protección funciona en un solo sentido, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades en Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), que meses atrás se adelantaron a la Organización Mundial de la Salud (OMS) en recomendar el uso de mascarillas, también emitió advertencias acerca de su uso.
Entonces, ¿para qué se hacen mascarillas con válvula?
"La idea de incluir una válvula que se cierra cuando se inspira y se abre cuando se exhala es que sean más cómodas para el trabajador sanitario que las usa", explica Killingley. "Esas mascarillas son más cómodas de usar, porque permiten una mejor circulación del aire".
Al permitir la salida del aire, la válvula ayuda a regular la temperatura y evitar que la tela se humedezca. Por eso resultan útiles si uno está, por ejemplo, en una obra en construcción, un taller o cualquier lugar donde se genere polvo, para evitar respirar estas partículas. La otra excepción es, como mencionamos antes, el caso de los trabajadores sanitarios, quienes pueden estar en contacto con personas infectadas y cuyo objetivo es no contagiarse.
Aún así, los CDC dejan en claro que el personal hospitalario no puede usarlas en ambientes que deban permanecer estériles (como durante la realización de un procedimiento invasivo o en una sala de operaciones), ya que la válvula "permite que el aire exhalado no filtrado entre en el ambiente esterilizado". Y para otros procedimientos, cuando los trabajadores de la salud utilizan este tipo de mascarillas con válvulas, suelen hacerlo acompañados de una careta protectora.