Iberdrola, una de las mayores empresas energéticas del mundo, originaria de España, puso en marcha la venta de sus últimos activos en México. Con ello complementa su salida del país después de más de dos décadas de operaciones. La decisión llega en un contexto de tensiones regulatorias y un cambio estratégico hacia mercados más estables, como Estados Unidos y Europa.
De acuerdo con los últimos reportes, la compañía encargó al banco de inversión Barclays la gestión de la operación, que incluye una cartera de 15 plantas de generación eléctrica. Entre estás se encentran parques eólicos, solares y centrales de ciclo combinado, distribuidas en varios estados, desde Sonora hasta Puebla.
Se estima que la transacción podría alcanzar un valor superior a los cuatro mil millones de euros (poco más de cuatro mil 700 millones de dólares). Lo que marcaría una de las mayores desinversiones extranjeras en el sector energético mexicano en los últimos años.
Un retiro escalonado
Este movimiento representa la fase final de un repliegue gradual que comenzó en 2024, cuando Iberdrola vendió una parte significativa de sus operaciones al gobierno mexicano. En aquel entonces, la empresa española aseguró que mantendría una presencia reducida en el país. No obstante, la persistente incertidumbre jurídica y las disputas con reguladores locales habrían acelerado su decisión de abandonar por completo el mercado.
Uno de los puntos de conflicto fue la multa de nueve mil millones de pesos impuesta en 2022 por la Comisión Reguladora de Energía (CRE), que acusó a la empresa de violar normas sobre autoabastecimiento. Desde entonces, el clima para las empresas privadas en el sector eléctrico mexicano se ha vuelto más complejo, con reformas que priorizan a la estatal CFE.
Iberdrola cuenta con una capacidad instalada de dos mil 600 megavatios en México. Lo cual representa una cartera atractiva para inversionistas especializados en energía limpia.
El anuncio coincide con la presentación de los resultados financieros del primer semestre de 2025, en los que Iberdrola reportó una caída del 13.8 por ciento en su beneficio operativo. Paralelamente, la empresa confirmó una ampliación de capital por cinco mil millones de euros, destinada a reforzar sus inversiones en mercados como Estados Unidos y Reino Unido, donde las políticas energéticas son percibidas como más predecibles.