Italia está utilizando el relevo de la llama de Milán-Cortina como una vitrina turística global, llevando la antorcha a sitios de incalculable valor histórico como Pompeya. La reciente aparición de Jackie Chan en las ruinas arqueológicas disparó el interés internacional, posicionando a Italia como un destino que combina perfectamente su herencia antigua con la modernidad deportiva. Este evento subraya la importancia de los Juegos como motor de promoción cultural.
El recorrido total abarca aproximadamente 12,070 kilómetros, una distancia que cubre prácticamente cada rincón de la península itálica. El diseño de la ruta no es casual; busca calentar los motores en provincias que no necesariamente albergarán competencias de invierno, pero que son vitales para el sentimiento de unidad nacional. Es un despliegue de belleza natural que transita desde las costas mediterráneas hasta los picos de los Alpes.
En Nápoles, el relevo tomará una pausa estratégica para las celebraciones navideñas, contando con la presencia de figuras legendarias del fútbol italiano. Fabio Cannavaro y Ciro Ferrara serán los encargados de llevar la posta, reforzando el vínculo entre el fútbol, el deporte rey en Italia, y el movimiento olímpico. Esta pausa servirá para que el ideal de "unión" se materialice en una de las ciudades más apasionadas del país.
Jackie Chan destacó que su labor como portador busca promover la "paz y la sana competencia", valores que resuenan profundamente al ser expresados en un lugar que simboliza la fragilidad y la fuerza humana como Pompeya. Su caminata por las antiguas calzadas romanas recordó a los espectadores la resiliencia de nuestra especie. Este simbolismo es parte fundamental de la narrativa que el Comité Olímpico quieren proyectar.
El destino final de esta travesía es la ciudad de Milán, donde el Estadio San Siro se transformará en el epicentro del mundo deportivo en febrero. La llegada de la llama marcará el fin de un viaje de meses y el inicio de las pruebas de alto rendimiento en el hielo. Al finalizar el recorrido, la organización espera que el sentimiento de pertenencia hacia los Juegos de Invierno sea unánime en todo el territorio italiano.