Debido a una fuerte disminución en los niveles de agua subterránea, impulsada por la sobreexplotación, la escasez de precipitaciones y la gestión inadecuada del elemento líquido, Kabul, capital de Afganistán, se encuentra al borde del colapso hídrico.
Esta alarmante situación ha salido a la luz luego de que residentes de aquella ciudad reportaran una creciente dificultad para acceder al agua, toda vez que la mayoría de los pozos se han secado. Como consecuencia, cientos de miembros de familias están realizando largos viajes y esperando horas frente a las perforaciones que todavía funcionan; mientras que otros habitantes se ven obligados a comprar líquido a precios inflados.
Al respecto, Samiullah Jabarkhill, especialista afgano en gestión hídrica, señaló que los niveles de agua subterránea en Kabul han disminuido a un ritmo nunca visto en décadas.
“Esto se vuelve peligroso día a día, nunca antes habíamos visto un descenso semejante…El problema se ve agravado por el cambio climático, años de escasas precipitaciones y el crecimiento descontrolado de la población”, advirtió.