En los últimos años, el concepto de “pet parenting” ha cobrado una relevancia significativa, transformando la manera en que las personas interactúan con sus animales de compañía, ya que cuidar un ejemplar no se trata sólo de alimentarlo y darle un lugar para vivir, sino de participar activamente en su desarrollo tanto emocional como cognitivo.
Según expertos, esta idea refleja un cambio profundo, donde a las mascotas se les considera, cada vez más, como miembros de la familia. A partir de ello, reciben un nivel cuidado y atención similar al de un hijo.
Dentro de este marco de atención integral, explican, la nutrición adecuada en los primeros meses de un cachorro o gatito emerge como un pilar fundamental para asegurar su bienestar durante la mayor parte de su vida. Una buena dieta puede impactar no sólo en el crecimiento físico del individuo, sino también en su desarrollo mental y conductual. Así, la elección cuidadosa de productos especialmente formulados para las etapas tempranas se vuelve indispensable.
“`Pet Parenting´ es un término que surgió de la necesidad de describir la relación cada vez más estrecha entre las personas y sus animales de compañía, sobretodo perros y gatos. Este fenómeno implica un enfoque de cuidado que adopta estrategias similares a las utilizadas en la crianza de hijos, ya que atienden no sólo a las necesidades físicas, sino también a las emocionales y cognitivas”, precisa el etólogo Omar Robotti.
“En otras palabras, este concepto se basa en tratar a los animales domésticos como miembros de la familia, con un trato similar a la crianza y relación como un familiar humano. Es decir, ser padres o madres de ese animal”, aclara.