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Yoseline y Max; la historia que conmovió a las redes sociales

Lunes, 03 Febrero 2020 21:38 Escrito por 

En días recientes, se viralizó en las redes sociales en México, la historia de Max; un perrito Husky y su dueña Yocelin Macías. ¿La razón? Ella vendía cupcakes en la Plaza Zaragoza, ubicada en la capital del estado de Sonora, junto a su peludo amigo para solventar los gastos del tratamiento que el perruno necesitaba para enfrentar el cáncer.

Su historia comenzó cuando Yoselin adoptó a Max, después de que el Husky fuera abandonado por su anterior dueño; un hombre que tiene un criadero de esta especie y que se deshizo de él cuando éste comenzó a mostrarse enfermo. Desde que se integró a su familia, Yoselin notó que Max tenía varias bolas en el cuerpo y posteriormente se dieron cuenta de que necesitaba quimioterapias para eliminarlas.

De acuerdo con información que dio la propia Yoselin, cada quimioterapia era de 800 pesos, además de las medicinas que requería para complementar el tratamiento. Ella no contaba con recursos para pagar esa cantidad, y fue por eso que emprendió el pequeño negocio de vender cupcakes.

A raíz de esto, la conmovedora historia empezó a tomar relevancia, haciéndose viral en las redes sociales y en varios medios locales.

Desafortunadamente, la mañana de este domingo 2 de febrero, la historia tuvo un triste final. A través de sus redes sociales, Yoselin compartío que Max había fallecido.

“Amigos, lamentablemente Max falleció esta mañana, le realizarán una necropsia para determinar la causa del fallecimiento y posteriormente lo llevaremos a un crematorio de mascotas. Les agradezco enormemente todo el apoyo que nos brindaron, nunca voy a olvidar todas las cosas tan bonitas que nos pasaron juntos en este tiempo, tanto amor que nos mandaron de todas partes del mundo.”, escribió Yoselin en su cuenta de Facebook.

Aunado a esto, la dueña de Max también se dio el tiempo de relatar los últimos momentos del canino: “Anoche Max se veía muy cansado, su respiración muy agitada; me puse en contacto con la doctora, le indicó reposo porque todo lo demás se estaba tratando. Max cenó bien, tomó agua y estaba descansando. Esta mañana a las 5 am, Max entró a mi cuarto, cosa que el nunca hacía; el dormía en la sala, se quedaba viéndome. Nunca voy a olvidar eso. Después durmió mucho a un lado de mi cama, a un lado mío; yo volví a dormirme y cuando desperté el ya había fallecido.”

Sin duda alguna, esta es otra historia que demuestra el gran amor y cariño que puede haber entre una mascota y su dueño.

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