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Publicado en VIDA SALVAJE

El búho más grande del mundo está en peligro

Martes, 09 Febrero 2021 00:01 Escrito por 

Rada Surmach se sentó sobre el tronco de un árbol caído esperando oír el eco de los búhos que anidan en el valle del río Tunsha en el Lejano Oriente ruso. Cuando cayó la tarde, finalmente, se oyó el dueto de búhos de Blakiston, una especie en peligro de extinción que, con casi 2 metros de envergadura, se conoce como el búho más grande del mundo.

Con cada llamada, estos dúos excéntricos, poco comunes entre las especies de búhos, consolidan el vínculo de la pareja. Es como si el macho le estuviera diciendo a su compañera: "¡Aquí estoy!", y la hembra respondiera en un tono más bajo, "¡Yo también, aquí estoy!".

En lo alto del dosel del bosque, las parejas realizan vocalizaciones sincronizadas de cuatro notas, el show puede durar hasta dos horas. Estas rapaces, conocidas por sus ojos de color amarillo intenso y sus llamativas orejas, anidan en los huecos de árboles viejos entre los valles boscosos de los ríos del Lejano Oriente ruso, donde las selvas tropicales templadas y boreales se unen con el Mar de Japón y el Mar de Okhotsk.

La especie lleva su nombre en honor al naturalista inglés del siglo XIX Thomas W. Blakiston, y se divide en dos subespecies: Bubo blakistoni doerriesi, típico del continente ruso, y Bubo blakistoni blakistoni, que habita en Hokkaido, Japón, y  las islas Kuriles del sur de Rusia. En Hokkaido, la gente distribuye alimento para los búhos de Blakiston y gestiona sus poblaciones; mientras que, en la provincia de Primorye, las parejas que quedan son menos de 200, y son completamente silvestres. Se calcula que la población mundial de búhos alcanza entre los 1.000 y 1.900 ejemplares.

Rada Surmach, estudiante de doctorado e investigadora del Federal Scientific Center of the East Asia Terrestrial Biodiversity (Centro Científico Federal de la Biodiversidad Terrestre) de Asia Oriental en Vladivostok, ha creado un plan de conservación a largo plazo para reintroducir búhos criados en cautividad en el Land of the Leopard National Park en el sur de Primorye, una región relativamente desarrollada donde solía habitar el búho.

Surmach cree que esta ave rapaz tan peculiar podría ser una especie emblemática para crear conciencia pública, de modo similar al rol que ocupa el tigre siberiano o tigre de Amur. “Cada vez que explico que este es el búho más grande y que, además, vive en nuestro bosque, la gente se conmueve muchísimo”, cuenta.

Hoy en día, el mayor problema para los búhos de Primorye son los caminos forestales, según Slaght. Estas vías son legales, pero desde la década de 1980, el número de caminos es 17 veces mayor. Aunque los búhos anidan principalmente en árboles altos y muertos que carecen de valor comercial, los caminos de tala permiten el acceso de un gran número de cazadores furtivos, madereros ilegales y recolectores de piñones a las zonas más remotas del bosque.

Este acceso puede significar una gran amenaza para los búhos y otras especies en peligro de extinción, porque supone, por ejemplo, el riesgo de chocar a los animales con los vehículos o de provocar incendios forestales de forma accidental.

Además, los madereros suelen derriban los árboles viejos que los búhos utilizan para anidar con el objetivo de construir puentes para cruzar el bosque. Para alentar a las empresas madereras a buscar alternativas, Slaght y Sergey Surmach, el padre de Rada Surmach, quien ha estudiado a los búhos durante tres décadas, en 2010, concluyeron un estudio de cinco años sobre el hábitat de este búho.

Los científicos aconsejaron a las empresas madereras que eviten ciertas especies de árboles maduros, como el olmo, la elegida y el álamo japonés, y que optaran por árboles más comunes que no son utilizados por los búhos, como el alerce de Gmelin y el álamo temblón. También, pidieron que, con las operaciones de tala, bloquearan con bermas las rutas no utilizadas para impedir el paso de taladores ilegales y cazadores furtivos. Aunque no se cierren esas vías de forma permanente, el bloqueo daría un respiro a la vida silvestre, sostiene Slaght.

Finalmente, se ha solicitado a TerneyLes, la mayor empresa maderera que opera en Primorye, que aportara información sobre su rol en la conservación de los búhos, pero no ha dado ninguna respuesta.

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