Durante una década, una comunidad de chimpancés que habita al interior del Parque Nacional de Kibali (Uganda) sostuvo una serie de guerras contra sus vecinos, en la cual a uno de estos grupos lo aniquilaron por completo, incluyendo machos, hembras y crías.
Como era de esperarse, esta comunidad, llamada Ngogo, se quedó con el territorio, a fin de expandir el suyo hasta en un 22%.
Sin embargo, al estudiar a detalle el conflicto, un equipo de científicos de la Universidad de California (Estados Unidos) reveló que la violencia hasta la muerte de los enemigos representa una estrategia evolutiva que asegura la supervivencia de los chimpancés.
Y es que, tras salir victorioso el grupo protagonista, las hembras doblaron su fertilidad, mientras que las posibilidades de supervivencia de sus crías se multiplicaron por cinco.
“La guerra de Ngogo contra sus vecinos tuvo lugar entre 1998 y 2008. En los tres años previos a la conquista, la primera comunidad registró 15 nacimientos; no obstante, en los tres años posteriores, nacieron un total de 37 nuevas crías”, subrayó Brian Wood, líder de la investigación.
“Nuestros hallazgos proporcionan la primera evidencia directa que vincula la matanza cooperativa entre grupos con la ganancia territorial y un mayor éxito reproductivo en la especie”, señaló.