“Patricia”, a quien llamaremos así por seguridad, es una enfermera del Centro Médico ISSEMyM en Metepec, tiene dos hijos y sabe que este domingo no podrá festejar con ellos el 10 de Mayo, varios de sus compañeros se han infectado de COVID-19 y prefiere evitar ver a sus hijos para mantenerlos a salvo.
Va regularmente a su domicilio al término de su jornada, sin embargo, sus hijos se están quedando con sus abuelos para evitar tener contacto con ella, pues asegura que teme por su vida.
“Es horrible la enfermedad y yo no quiero llevarles ese riesgo a mis hijos ni a nadie. Tomo todas las medidas que me son posibles antes de salir del hospital para descansar, llego a casa y me vuelvo a bañar y meto inmediatamente mi ropa para lavar, pero no podemos estar seguros al 100%, por eso prefiero no verlos”, comentó.
Este domingo, como casi todos los días hará una video llamada con sus dos hijos de 13 y 8 años, quienes le tienen una sorpresa y un pastel que no podrá comer, solo podrá verlo a través de la pantalla de su celular.
“¡Los extraño mucho! Cómo todas las familias tenemos diferencias y problemas, mi trabajo me deja poco tiempo para verlos, pero los amo con toda mi alma, me gustaría verlos, abrazarlos, comer con ellos, con mi mamá. Pero soy de alto riesgo y espero no enfermarme, pero cuando todo esto mejore un poco, todavía pasaré 15 días sin verlos para descartar que los pueda contagiar, mi hija de 8 años tiene asma y me muero si le pasa algo”, declaró “Patricia” entre lágrimas.
Esta celebración del 10 de Mayo será totalmente distinta para todas las madres de México, algunas harán su vida normal a pesar del riesgo, sin embargo, muchas otras solo serán festejadas a la distancia, la que se ha impuesto por el COVID-19.