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Publicado en EDOMÉX

Sufren en San Pablo Autopan convivencia con rastro particular

Jueves, 26 Diciembre 2019 17:06 Escrito por  Fernanda García

Sin importar la hora, si apenas brilla el sol o es entrada la madrugada, los vecinos del Barrio Santa Cruz en San Pablo Autopan, se despiertan con los chillidos de puercos, comen con el olor pestilente que trae la muerte, se bañan en un agua que podría estar contaminada, todo debido a la operación de un rastro particular ubicado en la calle José María Arteaga.

De noche, denunciaron, la actividad aumenta, con palos los trabajadores golpean a los animales que están en línea para el matadero, por lo que el sonido, aseguran, es insoportable, tanto, que han dejado de consumir carne de cerdo al estar conscientes del dolor que pasan en la empresa Distribuidora de Porcinos S.A. de C.V.

La pesadilla, dicen, tiene más de 20 años, pero hace un mes todo se intensificó, los trabajos nocturnos, los malos olores y fue cuando comenzaron a sospechar que los cerdos que morían antes de llegar al lugar, son enterrados al fondo del predio, y eso los hace temer por sus mantos freáticos, pues no saben las condiciones por las que fueron enterrados y no incinerados.

“No dormir, el ruido, el aceleramiento de los tractocaminones, la chifladera de las personas, los tubos que están golpeando las jaulas, los puercos que están maltratando y obvio a chillar los puercos, pues no te dejan dormir simplemente no”, reprochó Hugo, vecino afectado.

Asimismo, vecinas de la zona señalaron que, por si fuera poco, la empresa no paga el servicio de agua potable al ayuntamiento, sino que perforó un mega pozo en la zona, pese a que deben lavar las jaulas con agua tratada, recriminaron que lo hacen con agua potable, con la misma que alimenta a los hogares de las inmediaciones, por lo que el nivel de sus pozos ha bajado considerablemente.

En punto del medio día, al caminar por la calle aún de tercería, se vuelve un suplicio, el olor a muerte asecha a cualquier peatón, pues con el sol en su máximo esplendor, y el viento decembrino, la peste viaja a las casas.

“Nos revuelve el estómago, de verdad que mejor comemos puros pollos, además sabemos que incineran algunas de las vísceras, las pezuñas, los pelos, lo queman todo, incluso a uno que otro puerco que no se puede vender, y luego eso mismo se lo dan de comer a los que están en la línea de matanza, ese tipo de carne es la que están vendiendo”.

Por ello, piden la intervención de las autoridades de la Procuraduría de Protección al Ambiente del Estado de México (PROPAEM) así como del Ayuntamiento de Toluca, e incluso ya están recolectando firmas para pedir que cierre el rastro particular, o bien, que lo trasladen a otro punto, lejos de las zonas habitacionales.

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