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Publicado en VALLE DE MÉXICO

Familiares de víctimas del delito de desaparición, reanudan búsqueda en el Gran Canal

Martes, 23 Noviembre 2021 00:01 Escrito por 

“Yo me imagino que a mi hijo lo voy a encontrar en situación de calle, desorientado, a lo mejor en un lugar donde está contra su voluntad, pero lo imagino vivo. Ahorita estamos aquí, pero en nuestro corazón la búsqueda es en vida”.

Recientemente, madres de personas que han sido desaparecidas en el municipio de Ecatepec y del Estado de México reanudaron las jornadas de búsqueda de campo en el Gran Canal, un desagüe que atraviesa la zona oriente del valle de México.

El sitio donde al menos 15 buscadoras integrantes de dos colectivos se han dado cita es clave por la dinámica territorial y de movilidad que le atraviesan: se cruzan avenidas principales, autopistas y carreteras que se tejen entre sí y se empalman a unos cuantos metros: La Vía Morelos, la Avenida 1° de Mayo, el Circuito Exterior Mexiquense por encima, y la carretera federal Pachuca – México. Y por debajo de todo esto: el Gran Canal, que en este tramo apenas se puede cruzar con el Puente de Fierro. Se cree que por estas vías que atraviesan el Gran Canal es posible que alguna persona se baje rápido para arrojar un cuerpo “de pasadita”.

Hace unos meses, la Comisión del Agua del Estado de México (CAEM) retiró grandes montañas de basura y tierra, mismas que después colocó a orillas de este desagüe, estas se secaron y comprimieron. Hoy, estas costras de desechos son diseccionados por este grupo de búsqueda que además de familiares de víctimas del delito de desaparición, está integrado por elementos de las Comisiones de Búsqueda gubernamentales y de funcionarios periciales.

La herramienta principal en esta acción son los bieldos, que a modo de rastrillo abren poco a poco la tierra para ver lo que esconde. Lo que más se encuentra son desperdicios que nunca deberían llegar al agua: plásticos, latas, envases, telas viejas. A veces pequeños trocitos de madera de palo o vara se pueden confundir con huesitos, “por eso tienes que observar bien y tratar de separar la basura”, explica una buscadora.

El Gran Canal y el Puente de Fierro, una montaña de desechos que diseccionan las madres de personas que han sido desaparecidas y los bieldos con los que abren la tierra en busca de un indicio / FOTO: Mercedes Martínez

Después, un tractor se encarga de retirar la basura que ya inspeccionaron las y los familiares, y separa otro montón para que en él mujeres y hombres vestidos con traje Tyvek (overol) blanco, guantes, lentes y cubrebocas busquen. Así, desde las ocho de la mañana hasta las tres de la tarde. Aunque las jornadas iniciaron en marzo y concluirán el 16 de diciembre, se suspendieron por seguridad durante la temporada de lluvias.

Cada día, “uno entra con esa angustia de no querer encontrarlos aquí o en los Semefos, entonces uno sale con el alivio de que no están ahí, porque hay esperanzas de que mi hijo ande por ahí, de que el día menos pensado pueda llegar a la casa”.

Al hijo de Benita Ornelas lo vieron por última vez muy cerca de este punto donde se hurga la tierra y la basura, a menos de un kilómetro. Aunque en términos de tiempo la situación se torna lejana: su desaparición ocurrió en 2019. Tal como se ha denunciado en numerosas ocasiones: el momento más valioso se desperdició por parte de las autoridades.

Benita, al igual que la señora Dioni, nunca imaginaron que tendrían que buscar a un ser humano de esta forma. “No te cabe en la cabeza que haya personas con esa maldad para cometer este tipo de actos hasta desaparecerlos”.

“Como puedes ver buscamos entre la basura. Es algo muy triste pensar que alguna persona pudo haber sido arrojada al Canal. Desgraciadamente es algo que sucede en todo el país no solo en los canales, sino en minas y lugares de difícil acceso, o en lugares donde ellos pueden hacer lo que quieran porque nadie los va a observar”, dice Dionisia Pelcastre Badillo, madre de Guillermo David Ramírez Pelcastre, un joven que desapareció a los 20 años de edad.

“No sé si es por el olor que hay aquí, pero a veces sales y llegas a casa sin ganas de comer pensando que a lo mejor no buscaste bien, que a lo mejor se te pasó un montoncito”, comparte Benita.

(Con información de AD Noticias)