No cabe duda de que la civilización maya, famosa por sus pirámides y ciudades de piedra, marcó una profunda huella en la historia de la astronomía. Y es que, durante siglos, sus habitantes anticiparon eclipses tanto solares como lunares mediante un sistema de calendario lunar avanzado y los conocimientos conservados en el Códice de Dresde.
Al considerarse un motivo de asombro, hoy día este logro sigue siendo analizado y una investigación realizada por el equipo de Historia de National Geographic acaba de aportar una nueva perspectiva sobre el ingenio matemático y observacional de esta cultura mesoamericana.

En un artículo, los autores afirman que el Códice de Dresde, tabla que documenta 405 ciclos lunares, equivalentes a unos 33 años solares, le permitió a los mayas prever eclipses con una precisión notable, incluso al compararla con métodos actuales.
El funcionamiento de este sistema, explican, se basó en una observación exhaustiva de los ciclos lunares y su integración con el calendario sagrado maya: el Tzolk´in de 260 días.

“Conocidos como `vigilantes del tiempo´, los astrónomos mayas registraron fases lunares y eclipses visibles, ajustando la tabla del códice a partir de datos acumulados durante generaciones”, señala el grupo.
“Por ejemplo, 405 lunaciones equivalen casi exactamente a 46 ciclos del Tzolk´in, hazaña que permitió a los mayas sincronizar el calendario lunisolar y proyectar futuras fechas de eclipses”, expuso.
De esta manera, los mayas desarrollaron un sistema funcional, similar a un algoritmo actual, para pronosticar estos fenómenos celestes.
*Fuente: Xataka



