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Publicado en CULTURA

El juego de las canicas en México y su historia

Viernes, 27 Noviembre 2020 15:46 Escrito por 

Las canicas son un juego cuya influencia cultural fue determinante como medio de identidad social y que aún se conserva en la memoria de miembros de las generaciones de los años treinta a los setenta del siglo XX.

El origen de la palabra “canica” proviene del germano knicher (bola con la que juegan los niños). En Sudamérica se conocen como “bolitas” y en el Altiplano mexicano como “cuirias” o “cuicas”; en Nayarit las llaman “pichas”. En cada país y región tienen un nombre diferente.

Las canicas se han jugado en todo el mundo desde que el hombre descubrió que un guijarro redondo podía ser lanzado y rodar. Se han hallado pequeñas pelotas de barro de la Edad de Piedra; los niños egipcios y romanos las jugaban, al igual que los pequeños europeos de la Edad Media, según consta en documentos en poder del Museo Británico. En Frankfurt, Alemania, hay un museo de canicas, y en Australia aún se realizan torneos nacionales.

En México, en el mural de Tepantitla, en Teotihuacan, se aprecia a un grupo de personas jugando con bolitas; sin embargo, para el resto de Latinoamérica el juego como tal es de origen español. En los romances de Delgadina (siglos XVII y XVIII) se cantaba: “A los tres días de encerrada/se asomó en otra ventana/adonde estaba su hermano/bolitas de oro jugaba”.

El Crisol, fábrica de vidrio localizada en Texcoco, fue la primera en producir canicas en nuestro país. El proceso era muy sencillo: dejar caer gotas de vidrio líquido sobre una rampa metálica, haciéndolas rodar para que se enfriaran. En Tacubaya había otra fábrica de canicas; en ella, las gotas de vidrio derretido se dejaban caer en un recipiente sometido a constante vibración. Actualmente, ambas fábricas han desaparecido.

Tipos de canicas

Las canicas se clasifican de acuerdo con el material del que están elaboradas, su tamaño y sus características. Pueden ser de barro, piedra y vidrio, y entre los distintos tipos de canicas, las más apreciadas por los jugadores eran las siguientes.

El “tirito” o “ponche” de color opaco o monocromático, que por ser de vidrio más sólido podía cascar a las otras canicas.

El “perico”, que es una canica blanca con líneas onduladas de colores, semejante al plumaje de esa ave.

Las “ágatas”, que destacaban por su valor y belleza, con tenues líneas de color dentro de la esfera transparente. Esta canica competía con el “diablito” de color rojo, que muy pocos jugadores podían poseer.

Las canicas más aptas para el juego medían 1.5cm, pero había más pequeñas y otras de mayor tamaño llamadas “bombonas”, “toninas”, “bombochas”, “macalotas” o “caniconas”. El terreno de juego debía ser preferentemente plano, sobre tierra compactada y en espacios abiertos. La mano del jugador que iba a tirar debía permanecer firmemente apoyada en la tierra, aunque también se podía tirar estando de pie. Las maneras más comunes de tirar eran de “huesito”, que consistía en sostener la canica entre la falange del pulgar doblado y la yema del índice, y de “uñita”, colocando la canica entre la uña del pulgar y el hueco formado por la curvatura del índice. Este último tiro era propio de las niñas. Los niños consideraban su tirito como un amuleto y lo elegían cuidadosamente tomando en cuenta su tersura y facilidad para deslizarse.

¿Cómo se juega a las canicas?

El hoyito, la rueda y el cocol o rombo son las principales variantes del juego de canicas. En el hoyito, primero se traza una línea de salida y a los tres o cinco metros de distancia se hace el hoyito. Se designa el orden de los jugadores para tirar; después, se tira la canica contra la de un contrario (lo mata) hasta meter la propia al hoyito.

La rueda o círculo se juega colocando varias canicas dentro de una circunferencia. El objetivo es sacar las canicas de los contrincantes tirando desde la línea de salida; estas canicas pasan a ser propiedad del ganador, que es quien mantiene su tirito afuera del círculo. El cocol o rombo es marcado en el piso por el niño más apto para hacerlo. Las canicas se ponen en el perímetro de la figura y el tiro se hace desde la raya; no se pueden sacar las canicas de los otros jugadores de un solo tiro, sino de tres.

Estas jugadas están explicadas a grandes rasgos, aunque todas ellas poseen diversos grados de dificultad. Cabe mencionar que los jugadores utilizan un lenguaje específico durante el juego. Hay otras modalidades para jugar canicas como el óvalo, el cuadrado, la tortuga, el banqueteado, etc.

“Pinto mi raya”

Es importante destacar que en la actualidad aún se utiliza el lenguaje de las canicas sin mantener ninguna conexión con estas. Las expresiones verbales propias del juego pasaron al dominio común del vocabulario masculino, con connotaciones de diversa índole que van desde una broma, hasta el albur. Por ejemplo: un camión cargado con dinamita llevaba un letrero en la defensa trasera que decía “Chiras pelas”, para indicar que su cargamento era peligroso, por lo que, de no guardar la debida distancia, el golpe podía ser mortal.

La expresión “chanfleque” se usaba para definir el efecto o energía (buena vibra) que se daba al tirar la canica; ahora denota que al ponerle chanfle a alguna acción, esta se hace con cariño, interés o sentimiento. “Pinto mi raya” significa marcar un límite para, con o hacia alguien o algo; “Calacas” quiere decir “se murió, se acabó, se terminó”. Estas expresiones siguen usándose y no se circunscriben a un determinado estrato social.

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