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Publicado en CULTURA

El legado de Rius. Los monitos al servicio del pueblo

Sábado, 26 Agosto 2023 11:00 Escrito por 

Un 8 de agosto de 2017 falleció el caricaturista mexicano Eduardo del Río, mejor conocido como “Rius”. Su nombre no necesita más presentaciones en el gremio periodístico mexicano, puesto que con su obra sentó las bases de la caricatura política de combate en México a mediados del siglo XX. El escritor mexicano Carlos Monsiváis afirmó que Rius era más importante que la Secretaria de Educación Pública ya que con su labor había hecho leer a más mexicanos que cualquier programa educativo oficial.

Eduardo Humberto del Río García nació en Zamora, Michoacán, un 20 de enero de 1934. Su padre falleció cuando él tenía apenas seis meses de haber nacido, por lo que su madre tuvo que mantener a tres varones menores de edad. Las penurias económicas hicieron que la familia del Río García emigrara en busca de mejores oportunidades. Fue en esa época cuando Rius tuvo su primera formación educativa, irónicamente en escuelas católicas debido a la oposición que había hacia la educación socialista y a que eran colegios económicamente accesibles.

Autor desconocido. Rius en 1942 con el padre Quintín Paredes, padrino de primera comunión. Colección Museo del Estanquillo

 

En la adolescencia, Rius abandonó sus estudios en escuelas católicas y obtuvo diversos empleos que le mostraron activamente la vida en ciudades: lavador de vasos, embotellador de refrescos, encuadernador, vendedor de libros y jabones, encargado de una funeraria, entre otros. Fue en la funeraria Gayosso donde Rius comenzó a dar sus primeros pasos en la gráfica, dibujando en sus ratos libres para un periódico salesiano, trabajo que su hermano Gustavo le había cedido.

Todo cambió en 1954, en ese año Rius conoció a Francisco Patiño, director de la revista Ja-ja, quien se ofreció a publicar algunos dibujos que Rius hacía en sus ratos de ocio cuando atendía la funeraria. De esta forma en noviembre de 1954, el mundo periodístico conoció el humor gráfico de Rius en las secciones “humor silencioso” y “Piense y sonría”. El relativo éxito de sus primeros cartones hizo que descubriera en la caricatura y el humor gráfico una vocación, decisión que marcó su vida. Fue en ese momento que adoptó el nombre artístico de Rius, nombre con el que pasaría a la Historia.

Rius dibujando. Ca 1960. Fotografía de Rogelio Cuéllar

 

Fueron dos años en los que Rius trabajó en diversas revistas y periódicos, puliendo su estilo y politizando su humor. En 1956, el caricaturista Abel Quezada lo invitó a colaborar en el periódico Ovaciones. Es ahí donde Rius comenzó a experimentar por vez primera la censura a sus cartones debido a las políticas gubernamentales. Rius emigró a Novedades, donde sus cartones de combate y críticos le valieron el descontento del gobierno mexicano, pero también el reconocimiento de agencias de prensa norteamericanas por su crítica y humor político.

En el año de 1959, de la mano del presidente Adolfo López Mateos, Rius recibió el Premio Nacional de Periodismo debido a la calidad de su obra. A inicios de la década de 1960, el nombre de Rius ya era bien conocido en el periodismo; no obstante, su tendencia hacia la crítica y su sátira mordaz le causaron censura o el despido de muchos diarios donde laboró, por lo que encontrar un trabajo de planta y estable se convirtió en un constante desafío para él.

Cuando la represión le cerró las puertas de varios periódicos, en 1965 Rius recibió la invitación de Rafael Viadana para publicar una historieta. Después de unos momentos de inspiración, algunos viajes y bocetos nació Los Supermachos, una de sus historias más emblemáticas. En la historieta se relataban las aventuras del pueblo de “San Garabato de las Tunas”, lugar gobernado por el cacique local “Don Perpetuo del Rosal”, representante del partido oficial en el poder, cuyas políticas y acciones a menudo eran criticadas por los habitantes del pueblo, entre los cuales se destaca “Calzonzin”, indígena con alto conocimiento filosófico y político.

Los Supermachos de Rius

 

Contra todo pronóstico la historieta fue un éxito, los lectores no sólo se divertían con las aventuras y desventuras del pueblo de San Garabato, sino que aprendían temas políticos, económicos y sociales, muchos de ellos críticas abiertas al partido en el poder. Esto ocasionó que Rius sufriera una vez más la censura, recibiera amenazas e incluso un simulacro de fusilamiento donde se salvó gracias a la intervención del ex presidente Lázaro Cárdenas. Tras 100 números de manera ininterrumpida, Rius dejó de escribir Los Supermachos, y perdió los derechos sobre esta obra y sus personajes.

No obstante, en 1968 por invitación de Guillermo Mendizábal, Rius publicó su segunda historieta llamada Los Agachados. Con Los Agachados, Rius gozó de plena libertad sobre los temas a tratar, la crítica al régimen y el lenguaje empleado. La revista se publicó de manera ininterrumpida por nueve años, en ese lapso Rius publicó también varios libros que hablaban sobre diversas cuestiones tales como la crítica al catolicismo, la política mexicana, Historia, Filosofía, vida saludable, y demás. Con una lectura fácil, divertida, amena y entretenida, millones de mexicanos comprendían y asimilaban las enseñanzas de Rius. Podríamos decir que un gran número de lectores se educó y politizó gracias a Eduardo del Río.

Rius (a la derecha) con el expresidente Lázaro Cárdenas

 

En la década de 1980, Rius se dedicó a investigar nuevas temáticas y publicar nuevos libros, por lo que su participación en publicaciones periódicas se vio reducida. Hasta 1994, en colaboración con Rafael Barajas “El Fisgón” y Antonio Helguera, Rius vuelve a participar en la realización de una revista de historietas de nombre El Chahuistle, publicación que retomó la crítica a las instituciones, la revista tuvo un gran éxito, pero problemas con los editores hicieron que se cancelara un año después.

Pese a estos inconvenientes, en 1996 participó nuevamente en la realización de la revista El Chamuco junto con “El Fisgón”, Helguera, José Hernández y Patricio Ortiz. Al finalizar el milenio, Rius era ya un caricaturista connotado y persona respetada en el medio. El trabajo de Rius fue reconocido con varios galardones que recibió, como el Premio Nacional de Periodismo y el Premio de Caricatura La Catrina, concedido por la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Tristemente, la madrugada del 8 de agosto de 2017 en su casa de Tepoztlán, Morelos, la vida de Rius se apagó, dejando así un gran vació en la caricatura política mexicana.

Rius con Elena Poniatowska y Guadalupe Apendini recibiendo el Premio Gabriel Vargas. Colección particular

 

A través de sus publicaciones, colaboraciones en revistas, cartones, historietas y en sus más de 100 libros, Rius logró lo que parecía imposible: educar a millones de mexicanos en temas de políticos, históricos y culturales. Rius demostró que se puede usar un medio de comunicación masiva de manera crítica y didáctica para fomentar la lectura y el gusto por el conocimiento. Gracias a su brillante trabajo, Rius logró acercar al pueblo a temas sumamente complejos y polémicos. No cabe duda que al partir de este mundo hace seis años, Eduardo del Río dejó una gran ausencia que aún pesa en la gráfica mexicana.

Por Juan Manuel Pedraza, historiador de la UNAM

Para saber más.

Rius. (2008). Rius para principiantes. 40 años de monigotes, México: Random House Mondadori.

Rius (1990). Mis Supermachos. México: Grijalbo, 1990

Rubenstein A. (2004). Del Pepin a los Agachados Cómics y censura en el México posrevolucionario, México: Fondo de Cultura Económica.

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