LeBron James dijo que el secreto de su éxito con Anthony Davis, ahora que los compañeros de primer año tienen a Los Angeles Lakers a tres victorias del título de la NBA, es bastante simple.
"No estamos celosos el uno del otro. Creo que eso es lo mejor", dijo James antes de la práctica del jueves, preparándose para el Juego 2 de las Finales en contra del Miami Heat (viernes, 21:00 p.m. ET, ABC). "En los deportes profesionales, tienes muchachos que unen fuerzas, puedes llamarlos machos alfa. Así es como los llaman. Dos muchachos que han dominado un deporte específico en sus respectivos equipos, se juntan y hablan sobre lo dominantes que pueden ser y hablan de esto va a ser esto y aquello. Creo que los celos se arrastran mucho. Y eso es todo lo contrario de lo que somos".
"Sabemos quiénes somos. Sabemos de qué se trata. Queremos lo mejor, en serio, todos los días, tanto dentro, como fuera de la cancha, el uno para el otro. Simplemente no estamos celosos el uno del otro. Creo que lo alineas con respeto, creo que el cielo es el límite".
La química de James y Davis comenzó mucho antes de que ambos llegaran a Los Ángeles. Davis, mientras estaba en la escuela secundaria, fue campista en la academia de habilidades de verano de James, y más tarde se unieron en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. La temporada pasada, con James jugando junto a un grupo inexperto de Lakers y Davis protagonizando un escuadrón mediocre con los New Orleans Pelicans, ambos suspiraban públicamente por un canje para llevar a Davis a los Lakers.
Davis dijo que las preocupaciones por los celos "nunca pasaron por mi mente" cuando se consumó el intercambio en junio pasado, emparejándolo con uno de los atletas más famosos no sólo del país, sino del mundo.
"No estoy celoso de él, él no está celoso de mí. Creo que se nota en la cancha", dijo Davis. "Obviamente, eso siempre puede surgir cuando tienes, como dijiste, dos machos alfa en el mismo equipo. Pero creo que cuando tienes dos tipos que son muy desinteresados y quieren ganar tanto como nosotros queremos, el resto desaparece y se arregla solo. Los celos nunca han sido algo en nuestro equipo, de nadie".