El continente europeo recibió el séptimo mes del año inmerso en una ardiente ola de calor, la cual provocó temperaturas máximas de 43 grados en España y Portugal; de 41 en Francia; de 40 en Italia; y de 38 en Alemania, por mencionar algunas.
En el caso específico de la nación gala, las autoridades locales han puesto en marcha nuevas medidas, destacando el cierre parcial de la Torre Eiffel, en París. Por su parte, el gobierno de Italia prohibió el trabajo al aire libre para mitigar el efecto de los rayos del sol.
Según servicios meteorológicos, ni siquiera la playa representa una alternativa para la población europea, toda vez que, en algunos puntos, las aguas del mar alcanzan los 30 grados del Océano Mediterráneo occidental; mientras que en el Cantábrico oriental llegan a los 24, valores 5 o 6 grados superiores a lo habitual durante estas fechas.
La buena noticia, informan, es que a partir de este miércoles anticipan una “tregua” de calor, sobretodo en la costa atlántica europea.