Desde su primera gestión en 2017, Donald Trump ha sido un presidente no muy convencido sobre los efectos del cambio climático, y aunque últimamente este pensamiento se había quedado en palabras, en las últimas horas decidió dar un paso por demás polémico.
Resulta que el mandatario estadounidense le ordenó a la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) elaborar un plan para destruir aquellos satélites diseñados para vigilar este fenómeno global.
Así como lo lees. De acuerdo con medios locales, muy pronto podrían desaparecer los Orbiting Carbon Observatories (OCO), los únicos satélites federales diseñados para medir los niveles globales de dióxido de carbono (CO2), los cuales, además, evaluan la salud de los cultivos, ayudando así a la agricultura.
Tras no asignar fondos a estas misiones en su presupuesto del 2026, la Casa Blanca espera que la agencia espacial realice los trabajos necesarios para que dichos objetos sean desviados de su órbita y se incendien al ingresar al planeta.