Debido a su impacto en el ganado, la presencia del gusano barrenador ya es considerado un grave problema que rápidamente debe ser controlado.
Para ello, tanto Estados Unidos como México, principales países afectados, están ideando estrategias a fin de detener esta plaga, de las cuales algunas de ellas recurren a la ayuda de otros animales.
En un centro de entrenamiento administrado por el gobierno de nuestro país, ubicado a una hora de la capital, funcionarios de una unidad especial del Servicio Nacional de Seguridad Sanitaria (Senasica) llevan a cabo un programa de entrenamiento intensivo de tres meses para que un grupo selecto de perros detecte al gusano barrenador.
Con la cola en movimiento, la lengua afuera y las orejas erguidas, los peludos participantes se sientan frente a una muestra de olor del Cochliomyia hominivorax. La mayoría de ellos son rescatados de refugios, lo que permite que animales que fueron abandonados encuentren una nueva vida.
César Dangu, director del centro de adiestramiento canino Ceacan señala que no todos los ejemplares responden al aroma del gusano e incluso se niegan a acercarse, por lo que aquellos que se adaptan a él resultan aún más valiosos en su tarea.
“Queremos que nuestros perros se adapten lo más posible a las condiciones de la vida real y así aportar nuestro granito de arena a esta causa”, comentó.
Según información oficial, hoy día hay 6 perros detectores de gusanos barrenadores trabajando en un paso fronterizo de ganado en Chiapas, que limita con Guatemala, el epicentro de la plaga en México.