Recientemente, dos grandes ensayos clínicos en Estados Unidos dieron inicio para demostrar que es posible prolongar la longevidad de perros domésticos con fármacos diseñados para retrasar el envejecimiento.
Uno de ellos se encuentra liderado por la empresa privada Loyal, cuyo objetivo es probar una píldora en mil 300 ejemplares de tamaño pequeño y edad avanzada, distribuidos en más de 70 clínicas veterinarias. Por el momento, ha logrado recaudar más de 150 millones de dólares de inversión privada, prometiendo múltiples beneficios de la restricción calórica, la intervención más eficaz que se conoce para contrarrestar el paso de los años en modelos animales.
El segundo ensayo, impulsado por la organización Dog Aging Project, tiene el propósito de evaluar la rapamicina en cientos de caninos de raza grande, un medicamento comúnmente para prevenir el rechazo de órganos trasplantados o en tratamientos contra el cáncer. Durante un año, los peludos participantes recibirán semanalmente rapamicina o placebo, sin que los dueños ni veterinarios lo sepan; después, se realizará un seguimiento de 48 meses adicionales.
De tener éxito, ambos proyectos no sólo podrían otorgar más años de vida saludable a estas mascotas, sino abrir el camino a futuros tratamientos en seres humanos.