Las unidades económicas informales son un sector que durante muchos años ha afectado con competencia desleal al gremio formal, siendo el restaurantero uno de los más dañados. Ante la nueva normalidad, su falta de regulación acentúa las pérdidas económicas que han sufrido.
Por ello, la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) llamó a los gobiernos a ejercer su poder y atribuciones para regular y/o vigilar el cumplimiento de medidas sanitarias entre toda la población, incluyendo los comercios que operan en la informalidad, los cuales, han detectado, no siguen las medidas preventivas para COVID-19.
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Francisco Fernández Alonso, presidente nacional de la Canirac, resaltó que el gremio está realizando un gran esfuerzo por asumir los costos que representa cumplir con las normas de seguridad e higiene, a pesar de las pérdidas que registraron por el cierre total o parcial de los últimos cuatro meses, por lo que, dijo, no es justo que otros operen como si nada.
Además, dicha situación lleva a que el riesgo de contagios se incremente y no se logre avanzar en el semáforo de riesgo epidemiológico, que al permanecer en colores cálidos, no permite una recuperación económica, pues la gente todavìa no tiene confianza suficiente para salir y consumir; incluso, se maneja la posibilidad de retroceder: “Tenemos que hacer esfuerzo para pedir a las autoridades que obliguen a la población a cumplir la normatividad. No se vale que nosotros hagamos todo el esfuerzo y haya quienes no la estén cumpliendo”.
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El presidente del Consejo de Cámaras y Asociaciones Empresariales del Estado de México (Concaem) expresó su disposición por presionar al gobierno para regular a los informales: “Es un tema preocupante y urgente de resolver, y se debe trabajar en conjunto“, dijo.
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