A mediados del siglo XVIII, desapareció una joya relicario que Hernán Cortés había llevado en 1528 al monasterio de Guadalupe, ubicado en el oeste de España. Esta singular pieza encerraba un escorpión y fue mandada a hacer como agradecimiento a la Virgen de Guadalupe, luego de que el conquistador superara los efectos del veneno del mencionado artrópodo tras sufrir una dolorosa picadura.
Ahora, cientos de años después de aquel capítulo histórico que unió a México y España, este lunes historiadores de nuestro país regresaron a ese lugar una réplica del exvoto, esta vez tallado en plata y con incrustación de piedras preciosas, en cuyo interior se introdujo un escorpión disecado.
“Esta joya no sólo refiere a la devoción de Cortés hacia la Virgen de Guadalupe de Cáceres, sino también porque resulta un testimonio valioso sobre los trabajos de orfebrería novohispana en un muy temprano periodo, más aún, habiendo sido elaborada en algún taller indígena, tal y como mencionan los cronistas”, explicó Sofía Velarde, quien forma parte de la asociación cultural Frente de Afirmación Hispanista (FAH).
Durante un acto simbólico celebrado en el propio monasterio de Guadalupe, su custodio, fray Guillermo Cerrato, recibió el nuevo relicario por Velarde y demás representantes de la FAH, quienes también harán entrega de dos copias menores del exvoto, una de las cuales irá al Museo de Arte Virreinal de México.
*Fuente: Forbes México