Sin anuncios ni identificación visible, un gatito llegó a la Universidad Iberoamericana de Tijuana, en Baja California, para volverse parte fundamental de la comunidad educativa.
Bajo el nombre de “Nacho Stevens”, cada día este felino recorre las instalaciones con calma, saludando discretamente a quienes encuentra y deteniéndose en pausas contemplativas junto a las ventanas, brindando apoyo emocional y acercándose cuando nota que alguien lo necesita.
Estos gestos de apoyo y compañía han sido profundamente valorado por directivos, profesores y alumnos de la institución, a tal punto que a poco más de un año de su arribo ha sido reconocido como el “Coordinador de Caricias” oficial del plantel.
En palabras de los estudiantes, la presencia de “Nacho Stevens” ha funcionado como una especie de terapia no programada, pues aparece justo cuando más se le necesita, ya sea en medio de clases, exámenes o entregas finales.
Por su parte, los docentes destacan que el minino, de color negro y barriga blanca, representa un recordatorio de la importancia de atender la salud emocional dentro del entorno escolar, toda vez que su habilidad para percibir el estrés y brindar consuelo ayuda a cambiar la dinámica diaria, provocando que el alumnado esté más concentrado y, al mismo tiempo, promueva un ambiente más armonioso y receptivo.