En una de las noticias que más ha dado de qué hablar en redes sociales durante los últimos días, un gato naranja llamado “Rémi” recibió una orden de restricción por parte de su vecino. Y no, no es broma.
De acuerdo con medios franceses, país donde ocurrió el insólito caso, este travieso minino fue acusado de generar problemas que van desde meterse a otros hogares sin permiso hasta dejar huellas en el pavimento fresco.
Ante la reincidencia de estos actos, uno de los vecinos tomó la decisión de llevar las quejas a un poder con más autoridad.
Así, un juez de la ciudad de Agde, al sur de Francia, determinó sancionar a Dominique Valdez, dueña de “Rémi”, con mil 250 euros por daños y costos legales, así como 30 euros adicionales cada vez que su mascota intente cruzar alguna cerca de propiedad ajena.
“Cuando me llegó el citatorio, fue como recibir un golpe violento en la cabeza”, declaró la propietaria.
“Desde la sentencia, mi gato se queda en casa, pero es una situación muy complicada. Ha engordado y se ha vuelto agresivo. Ni siquiera puedo dejarlo salir al jardín por miedo a que se escape. Es como si estuviera bajo arresto domiciliario, una especie de prisión y un doble castigo”, lamentó.
Una vez que el caso se viralizó, ha desatado comentarios a favor y en contra, pues algunos usuarios resaltan los límites que se deben aplicar a las mascotas, mientras que otros aseguran que, al ser animales, deben tener libertad de salir y no quedarse encerrados todo el día.