El pueblo esloveno de Lipica, ubicado cerca de los Alpes, está de fiesta. ¿La razón? Es la casa oficial del caballo Lipizzano, una especie única de equinos que acaba de ser nombrada como nuevo Patrimonio Cultural Inmaterial por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
Y es que no es para menos, pues en la actualidad, el caballo Lipizzano se considera raro al sólo existir 400 ejemplares, según los registros oficiales.
Con base en lo anterior, un total de ocho países europeos pidieron conjuntamente su registro en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO: Austria, Bosnia, Croacia, Hungría, Italia, Rumania, Eslovaquia y por supuesto, Eslovenia.
Tal y como se mencionó al inicio, la raza de caballos Lipizzanos es originaria de la tierra del Carso, en Lipica, Eslovenia. Lo anterior resultado de la mezcla entre un antepasado directo de la raza con otros caballos napolitanos, españoles y árabes.
Blancos, inteligentes y elegantes, estos exclusivos equinos fueron los favoritos de la dinastía real Casa de Habsburgo por generaciones. De hecho, su crianza era tomada como un asunto serio por la monarquía, pues rápidamente se convirtieron en los caballos oficiales de la corte.
Sin embargo, con el paso del tiempo pasaron a ser caballos de carruaje, cuyo entrenamiento tenía lugar en las colinas verdes y bosques de Eslobenia, donde hoy día todavía existen los criaderos más prestigiosos y las granjas más antiguas, dedicadas exclusivamente a sus cuidados.