Lo que parecía una exploración de rutina para aguardar la llegada de la Nochebuena de 2024, se convirtió en todo un hito luego de que se captara, por primera vez, una rara especie de calamar en su hábitat natural.
Ocurrió en las gélidas aguas del mar de Weddell, en el Océano Antártico. Ahí, científicos del buque del Schimdt Ocean Institute avistaron un ejemplar de Gonatus antarcticus, escurridizo cefalópodo, a través de la cámara de un vehículo operado a distancia.
Según lo visto en la retransmisión en directo, el calamar medía casi un metro y durante algún momento de los 3 minutos de seguimiento soltó una pequeña nube de tinta verdosa, quizá asustado por el artefacto que se encontraba cerca de él.
Pese a lo anterior, el animal continuó flotando por unos instantes más, tiempo suficiente para que el equipo investigador usara láseres para observar detalladamente cualquier movimiento. Finalmente y de manera un poco sorpresiva, el protagonista decidió que ya había sido suficiente, salió disparado y desapareció.
Vale la pena mencionar que hasta antes de este increíble suceso, publicado en el portal National Geographic Society, sólo se tenían registros del llamado calamar abisal por cadáveres atrapados en redes de pesca o por picos encontrados al interior de los estómagos de depredadores marinos.
“En las profundiades marinas, siempre hay una buena probabilidad de estar viendo algo por primera vez. El potencial descubrimiento y exploración es prácticamente infinito”, dijo Manuel Novillo, miembro de la tripulación.