Un encuentro inesperado en Quinta del Bosque
Jair y Yael no se conocían. Sus caminos no debieron cruzarse, pero una mala decisión los llevó a coincidir en el Centro de Internamiento para Adolescentes Quinta del Bosque, en Zinacantepec. Desde entonces, este lugar se ha convertido en su nuevo hogar, y sus más de 300 compañeros, en su familia.
Ambos han tenido que madurar de golpe, enfrentando situaciones que “no son para su edad”. Sin embargo, este 30 de abril, Día del Niño, les devolvió un poco de su infancia a través de juegos, canciones y dinámicas que les permitieron volver a reír y jugar como cuando eran libres.
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Volver a ser niños, aunque sea por un día
“Esto nos ayuda a despejar la mente del encierro, a recordar cosas que solíamos hacer allá afuera. Nos ayuda a desarrollar habilidades como cantar, correr, brincar… cosas sencillas que allá eran normales”, relata Jair.
A pesar del proceso judicial que enfrenta, la inocencia de Yael aún se refleja en su rostro. Por momentos, se olvida de que está en una “cárcel” para menores, y aprovecha cada instante del festejo: los juegos, los premios y hasta el pastel.
“Es muy entretenido. Nos hace convivir entre todos los dormitorios, hacer amistades, equipo y armonía”, comparte.
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Un rodeo, un karaoke, una pausa a la realidad
En el patio de Quinta del Bosque se montó un rodeo con toro mecánico, se organizó un rally, y hasta un karaoke donde los jóvenes cantaron con entusiasmo esas canciones que solían escuchar fuera. Por un momento, el encierro se disipó entre música y risas.
“No se deja de ser niño. Aunque el tiempo pasa y uno crece, todos llevamos dentro un niño interior. Hay momentos para comportarse, pero también para echarnos relajo y soltar chascarrillos”, reflexiona Jair.
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Una lección para quienes aún son libres
Tanto Jair como Yael recuerdan cómo vivían el Día del Niño antes: en la escuela, con amigos, con su familia, con dulces, juguetes y libertad. Hoy, hacen un llamado a otros menores para que valoren esa etapa de su vida.
“Cada error tiene consecuencias. Nosotros estamos pagando por nuestras decisiones. Por eso decimos: disfruten su libertad, vivan cada etapa paso a paso, sobre todo cuando se es niño”, concluyen.