Los desastres derivados de fenómenos naturales causan hasta 2.3 billones de dólares en pérdidas económicas reales, cifra que se traduce en hasta diez veces más de lo que se calcula como costos directos por los efectos multiplicadores que tienen y los daños que provocan en los ecosistemas.
Así lo reveló un nuevo informe elaborado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el cual alertó que estos números seguirán creciendo a medida que se intensifique la crisis climática y los países en desarrollo resultarán los más afectados.
De igual manera, advirtió que las decisiones que se tomen de ahora en adelante, especialmente las relacionadas a planificación territorial, inversiones y modelo energético, determinarán la exposición de las poblaciones a futuros riesgos.
Frente a este escenario, el mismo reporte evidenció que los recursos aún se destinan, mayoritariamente, a la respuesta de emergencia: el 96% de los 137 mil millones de dólares (mdd) orientados a la asistencia para el desarrollo vinculada con desastres naturales entre 2005 y 2017 se usó en socorro, reconstrucción y rehabilitación. Mientras que el 4% (unos 5 mil 200 mdd) se invirtió en prevención y preparación.