Héroe sin capa. Tim Friede es un hombre oriundo de Estados Unidos que en los últimos días se ha ganado el respeto y la admiración de muchas personas, luego de que se diera a conocer que se ha dejado morder cientos de veces por serpientes para crear un poderoso antídoto a partir de su sangre, la cual contiene anticuerpos que protegen contra dosis letales de veneno.
En colaboración con la empresa de biotecnología Centivax, durante casi veinte años este valiente sujeto ha sido atacado por cobras, mambas y demás reptiles, pues las terapias tienen que adaptarse según la especie de reptil.
A través de un canal de YouTube, los implicados han documentado todo el proceso: desde intentar mejorar la inmunidad al veneno de Friede hasta el desarrollo de un antídoto apto para cualquier clase de serpiente, cuyas sustancias, en promedio, matan hasta 140 mil personas cada año.
Sin embargo, lo que muchos no saben es que antes de todo, el hombre quedó en coma debido a dos mordeduras de cobra. Tras despertar, se fijó el objetivo de diseñar mejores alternativas contra los venenos de las serpientes.
“El doctor Jacob Glanville, director de Centivax, obtuvo muestras de mi sangre y centró la investigación en los elápidos, una de las dos familias de serpientes venenosas, las cuales utilizan neurotoxinas en su ataque para paralizar a sus víctimas, como los músculos para respirar”, contó Friede en entrevista para la BBC.
“Glanville y su equipo escogieron a 19 elápidos identificados por la Organización Mundial de la Salud como las más letales del mundo. Entonces, empezaron a analizar mi sangre para buscar defensas. Afortunadamente, identificaron dos anticuerpos capaces de atacar dos clases de neurotoxinas”, explicó.
Durante los experimentos posteriores con ratones, la sangre de Friede ayudó a que estos roedores sobrevivieran a dosis letales de 13 de las 19 serpientes venenosas, así como una protección parcial contra las otras 6 especies.
“Esta sangre es una protección sin precedentes, ya que probablemente cubre un gran número de elápidos para los que actualmente no existe ningún antiveneno”, declaró por su parte el Dr. Glanville para la revista Cell.